La ética, compatible con los negocios

Entendiendo por ética una forma responsable y respetuosa de relacionarse entre las personas, no cabe ninguna duda que debemos aplicarla en las relaciones laborales y de negocios de la misma forma.

¿A qué ámbito afecta? pues a todos aquellos negocios con actividad económica, así como también a las relaciones de aquellas entidades que puedan tener un carácter no lucrativo.

Si nos interesamos por saber a quién le afecta, la respuesta es muy sencilla: a todos. Es decir, a las relaciones con empleados, clientes, proveedores, accionistas y con la sociedad.

¿y eso que aporta a mi negocio? es la pregunta que, seguro que se hará más de un empresario ya que a simple vista no parece que haya mucho …, nada más lejos de la realidad, pues la respuesta es que los beneficios son muchos y muy importantes: a nivel global mejora la imagen de la empresa y aumenta la reputación; a nivel interno genera un clima laboral más positivo e incrementa la productividad; ayuda a fidelizar a los clientes; y potencia la confianza de los inversores.

¿Cuáles pueden ser las consecuencias de la falta de ética?, pues en muchas ocasiones lleva a la filosofía del TODO VALE, lo cual facilita situaciones de explotación de trabajadores los cuales son sometidos a condiciones laborales poco respetuosas e incluso reprobables, dándose algunos casos de discriminación tanto por motivos de sexo, como de religión o etnia; los proveedores se ven afectados por condiciones comerciales agresivas y desmedidas aprovechando la posición de fuerza o “abuso de poder”; los clientes pueden recibir productos que no encajan con la calidad o el origen esperados.

Y como no, facilita enormemente la presencia de corrupción, donde lo único importante se convierte en el beneficio sin importar el precio a pagar, ni a quién perjudica, ni sus consecuencias. Y no hay que olvidar que … tan corrupto es el que propone como el que acepta.

Ser una empresa ética y ganar dinero haciendo negocios, no es imposible. Sólo requiere voluntad, decisión, responsabilidad y honestidad por parte de su Dirección. Con esos factores, ser una empresa ética es viable pues es una decisión de arriba abajo, en la que todo el mundo en la empresa ha de sumarse e implicarse, porque es bueno para todos.

La ética ha de acabar siendo como el comer, se hace cada día de forma natural, y si es comida saludable mucho mejor.

En cualquier caso, apoyemos a las empresas e instituciones que muestren su voluntad de comprometerse éticamente en los negocios o actividades que desarrollen, porque eso ayudará a reducir y quien sabe si algún día a erradicar la lacra de la corrupción a todos los niveles (empresarial, académico, político, …), ya que la corrupción es el exponente máximo de la falta de ética.