El impulso a tu talento emprendedor
Cada 3 de diciembre se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Discapacidad. Un día para la pedagogía, para la normalización y para plantear proyectos que fomenten la integración de este colectivo. Según datos del Informe sobre Discapacidad y Mercado de Trabajo que elabora la ONCE, en 2015 solo una de cada cuatro personas con discapacidad tenía un puesto de trabajo en España, un porcentaje de ocupación muy inferior al global de la población. Por lo que respecta al ámbito del emprendimiento, no existen estadísticas demasiado precisas –se estima que hay unos 17.000 autónomos con discapacidad en España-, pero sí que podemos identificar algunas iniciativas aparecidas en los últimos años que demuestran que el hecho de tener una «discapacidad» no está reñido, en absoluto, con la capacidad de emprender. Son ejemplos de talento, de ilusión y de constancia.
Un caso más que evidente es el de Pau Bach, fundador de Batec, una empresa pionera en la fabricación y comercialización de handbikes adaptables a sillas de ruedas. Bach se quedó tetrapléjico a causa de un accidente de tráfico cuando era muy joven, y la necesidad lo acabó convirtiendo en empresario: «Una de las primeras decisiones que tuve que tomar es si quería llevar una silla de ruedas eléctrica o una manual. Escogí la manual porque pensé que me iría bien hacer ejercicio, pero enseguida detecté un problema: en interiores me manejaba bien pero para desplazarme en espacios abiertos no tenía suficiente fuerza en los brazos, la movilidad era casi nula», explica Bach, quien en 2004 ya había diseñado un primer prototipo de handbike: «Conseguí independencia, me cambió la vida, y pensé que aquello le podía servir a muchas otras personas».
Los inicios en el mundo del emprendimiento no fueron fáciles: «Pedimos dinero a familiares y amigos para empezar, y pasamos una travesía del desierto de tres años hasta poder homologar el producto. Mientras, nos dedicamos a recorrer ferias y a distribuir recambios de sillas de ruedas, lo que nos permitió tejer una red comercial. Después, todo fue muy rápido. Al principio yo no tenía ni idea de nada; nunca me había planteado montar una empresa y no sabía ni cómo hacer una factura. Me hubiera ayudado mucho tener una formación en emprendimiento, hubiera hecho muchas cosas de manera diferente, pero fui aprendiendo de los errores, y en cierta manera esa inconsciencia, un poco temeraria, también me ayudó a evolucionar». Batec creció rápidamente y hoy en día puede presumir no solo de vender sus productos en Europa y Australia, sino también de tener un departamento de I+D+i y una plantilla en el que el 50 % de trabajadores son personas con algún tipo de discapacidad.
Para Bach, que en los últimos años ha recibido multitud de premios, una de las claves del éxito es conocer a fondo las necesidades del comprador o del usuario al que te diriges: «A veces los emprendedores se enamoran de su idea, pero lo más importante no es la idea en sí, sino conocer lo que te pide el cliente. En ese sentido, yo tuve suerte porque había hecho un estudio de mercado brutal en mi propia piel. Había tenido un grave problema de movilidad durante siete años y sabía muy bien lo que buscaba». Un camino en el que no recibió ninguna ayuda especial por el hecho de tener una discapacidad: «Los contratos que hago a los trabajadores con discapacidad sí que contemplan una bonificación –los autónomos también la tienen-, pero yo, como administrador de una sociedad, ya no tengo ninguna. ¿Si debería haberla? No sé, sí que pienso que las empresas que tienen una función social, aunque sean con ánimo de lucro, deberían tener algún régimen diferente al resto, como pasa en otros países».
Otro ejemplo de emprendimiento ligado al mundo de la discapacidad es el de Josep Esteba. Fue director de marketing de la Fundación ONCE durante años y en 2015 impulsó Mapp4all, una aplicación para móviles y tablets que geolocaliza diferentes puntos de interés y describe su grado de accesibilidad. «Puedes consultar en un mapa interactivo el nivel de accesibilidad de lugares concretos como comercios, hoteles, centros de salud... La aplicación no está dirigida solo a personas con discapacidad, sino a muchos otros colectivos con necesidades específicas: personas que viajan con mascotas, celíacos, identificamos lugares en los que hay cambiadores de bebés, establecimientos kids friendly, aparcamientos de bicicletas…». Esteba decidió emprender después de detectar, a partir de su experiencia personal en silla de ruedas, una carencia del mercado. «Cuando vivía en Madrid y viajaba por toda España, muchas veces me costaba encontrar los hoteles adaptados, o cuando quedaba con alguien para comer en una ciudad y me preguntaba si conocía algún restaurante que lo estuviera, yo no sabía qué responderle». Y poco a poco, ha ido encontrando otras utilidades a la aplicación: «Yo voy en silla de ruedas, pero también tengo dos niños pequeños y un perro, o sea que me interesa saber qué lugares están preparados para llevar niños o animales».
Mapp4all ya está traducida a 8 idiomas, tiene un acuerdo con el Ayuntamiento de Barcelona –ha registrado más de 60.000 establecimientos de la ciudad- y pretende llegar a convenios similares con otras capitales como Londres o París. De los inicios, Esteba destaca la confianza recibida por parte del Institut Municipal de Persones amb Discapacitat –«ellos vieron que nuestro proyecto podía ser útil para este colectivo y apostaron por él»-, pero asegura que nunca recurrió a posibles ayudas por el hecho de ser un emprendedor con discapacidad: «En el momento en el que fundé la empresa, la verdad es que tampoco me informé de si existía algún tipo de ayuda, y cuando lo convertimos en una sociedad, ya no tenía sentido». Sí que conoce algunas entidades que intentan fomentar el emprendimiento de personas con discapacidad: «A veces leo que hay concursos o menciones para emprendedores con discapacidad y sé que hay incubadoras y aceleradoras que colaboran activamente con la ONCE».
C/Balmes 191, 3-1
08006 Barcelona, España
Tel: +34 936 39 46 23
Email: moc.ude-beci@ofni